Isaac Freire

LOJA

A Daril

...
 
El espacio de esa tarde en la iglesia era enorme
visitamos de urgencia las salidas y los corazones
Ahora cae eternamente nieve en tus pupilas
y yo ya me estoy canonizando en tus brazos que,
un día fueron míos.
 
Para ti, Darélico, te mencionaré en el alba
ahora me baña solo el saludo de tu paladar frío
y ya te has marchado.
Cuando la ligera lluvia bautice a las ciudades sabrás que
fui yo quien tomo la pluma para arder en
tu llanura extensa.
 
Qué blancos fueron esos días del placer
cuando nos amábamos hasta el sudor y hasta la piel
el beso de esa tarde, ahí sentados sin nada que hacer
daba la vuelta al mundo
Me invitaban tus manos a dibujar el placer y agonía
mi corazón y el tuyo unidos por largas y trenzadas flechas.
 
Eres un puma ahora a la intemperie de mi vida.
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