...
tu reflejo me nace, me domina, me hace fruta
y tropiezo
voy cerrando un circuito de mi racimo excitante.
mi interés es poner mis dedos en tu alma
y mis ojos oscuros abiertos posarlos
en tu mano izquierda,
y recibo tu cuerpo en mis brazos marinos
todo cae en tus ojos despiertos
dentro de mí se enciende una lámpara y va la noche
cubriendo todo de inmensas alas negras.
Mi soledad es ansiosa, está siempre en búsqueda
de ríos, personas, almas, y naranjas.
nuestros cuerpos
distanciados por dos mares y ojos distintos
se envuelven en una yedra de sílabas.
surco solar; peñasco de los cóndores;
imán del deseo y de la fruta;
aquí voy como espina diminuta sobre el país del duelo.