Si revisas en tu alma
verás que tengo aún una moneda tuya.
Tengo en mi sexo
tu carnet de la universidad y tu almohada;
mira tu casa, encuentras tu foto?
Tengo yo en mi bolsillo tu cara de aguardiente
y en mi billetera una línea de duraznos.
Anda, revisa tu cuarto
¿encuentras tu pase a la U del valle?
Tengo yo tu foto sin eco
y tu pulso desdoblado.
Tengo tu carnet que se ciñe a mi sueño
y no preguntes como
—me lo robé en Cuenca—
en esa noche que yo fagocitaba como pez
y tu dormías como una lámpara mojada en la sombra.