Isaac Freire

Álzame de tu dulzura

a Daril

...
Permite que sea una esquela
en medio de un rosal de cosas abatidas
porque aunque no quiera la vida
si he de vivir sin tu amor
sea que tu sangre se junte con la mía
tu boca erizada en mi boca
háblame
que se junte el estallido
y las caricas de una sola mano
tengo mi mano para cuidarte
cae en la mala costumbre de salir de este idioma
en que yo no existo
en que yo me devoro a mí mismo y empiezo
a escribir
poemas tan absurdos como este
tus caderas de mis ilusiones de mis tristes abuelos
se muere
lentamente el tiempo en donde nada sucede
camíname
por donde yo tenía algo para darte
árdeme
cómete tu dulzura contra mí
 
Baña de tu saliva mi paladar
y hunde algunas raíces tuyas en mi sereno estío
de cosas perdidas
 
Álzame de tu dulzura
que aun estoy de pie, enciende un aroma
como un palo en medio de la hojarasca;
me he desnudado tanto
que ya no puedo con esta sed.
 
Quema
mi árbol que se incendia en el destino mío
Te vas. Me dejas
con mis perros, mis pedazos. Mi poesía
La soledad, sus aves de mal agüero
Mis rincones
las fotos, cucharadas de fiebre, la brisa
 
Me miro las manos rechazadas, libres de tu aroma
venidero; sopla
la quena en mi soledad absoluta
y en mi alma se instala un padre nuestro bajo y pobre.
Limpia mi yema
que no ha rozado nada este último tiempo
no tiene nada que ver con la noche
Ven, si estás
a sanar el hambre de esta esquina
que trabajo no hay
que poesía me sale muy poca y mala
bájate a mi aroma
a mi zapato andado por mil hectáreas hasta mirarte
ven que muero aislado y solo
 
De qué me sirve haber nacido
si no es para mirarme tus manos rechazadas
y este estómago malherido
y maladherido a alguna cosa insignificante
Tengo frío
y esta ciudad está sin los dos
mis dientes no tienen rezago ni forma y mi tacto
tiene tanta fiebre que no va a volver
cava mi carne
devuelve el pedazo de ardiente sombra que tenía
tanto sudor
que no entiendo las huellas
Fui niño y me degollaron las margaritas
así que no entiendo
porque estoy solo en este parque donde nada crece
golpéame y baja desde el cielo
a mi
que mi resignación es útil
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