CANCIONCILLAS INTELECTUALES ACCIÓN FINAL (34 AÑOS Y GOETHE)
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Era la comida de los niños. Soñaba la lámpara su rosada lumbre tibia sobre el mantel de nieve, y los geranios rojos y las pintadas manzanas coloreaban de una áspera alegría fuerte aquel...
Días negros cual los días de parada indiferencia de dios antecreador. (Todo duro, entero todo, en mole de un orden negro,
¡Ya se arreglarán los sueños, mañana se arreglarán! ¡Hoy, a soltar y a gozar! Hoy para encontrar el amigo, para olearse en los dos ríos,
Tú, lo grande, anda, descansa en honor de lo pequeño; que su mundo está en su hora y tu hora es el universo.
Platero y yo conocemos bien, de nuestras correrías nocturnas, el canto del grillo. El primer canto del grillo, en el crepúsculo, es vacilante, bajo y áspero. Muda de tono, aprende de sí...
No recordar nada... Que me hunda la noche callada, como una bandada blanda y acabada. (Que no quede nada...
Yo no sé cómo saltar desde la orilla de hoy a la orilla de mañana. El río se lleva, mientras, la realidad de esta tarde
Acércate más, Platero. Ven... Aquí no hay que guardar etiquetas. El casero se siente feliz a tu lado, porque es de los tuyos. Allí, su perro, ya sabes que te quiere. Y yo, ¡no te digo n...
La tarde de mi espíritu, de pronto, se incendió de grana. Se deslumbraron mis ruinas... —Mi sentimiento era ausente de instante, y temeroso
Murió, como un niño, el hijo de tu loco corazón y mi loco corazón. (¡Ay nuestro amor!) No sé si ríes o lloras
Nos la encontramos mi hermano y yo volviendo, un mediodía, del colegio por la callejilla. Era en agosto—¡aquel cielo azul Prusia, negro casi, Platero!—y para que no pasáramos tanto calo...
Cada minuto de este oro ¿no es toda la eternidad? El aire puro lo mece sin prisa, como si ya fuera todo el oro que
Darbón, el médico de Platero, es grande como el buey pío, rojo como una sandía. Pesa once arrobas. Cuenta, según él, tres duros de edad. Cuando habla, le faltan notas, cual a los pianos...
Siempre tienes la rama preparada para la rosa justa; andas alerta siempre, el oído cálido en la puer… de tu cuerpo, a la flecha inespera… Una onda no pasa de la nada,
Tarde última y serena, corta como una vida, fin de todo lo amado ¡yo quiero ser eterno! (Atravesando hojas,