Si coplas, o partes, o largas diçiones
non bien sonaren d’aquello que fablo,
miremos al seso, mas non al vocablo,
si sobran los dichos segunt las razones,
las quales inclino so las correcçiones
de los entendidos, a quien sólo teman,
mas no de groseros que siempre blasfeman
segunt la rudeza de sus opiniones.