“José Antonio, ¡Maestro!... ¿En qué lucero,
en qué sol, en qué estrella peregrina
montas la guardia? Cuando a la divina
bóveda miro, tu respuesta espero.
Toda belleza fue tu vida clara.
Sublime entendimiento, ánimo fuerte,
y en pleno ardor triunfal, temprana muerte
porque la juventud no te faltara.
Háblanos tú… de tu perfecta gloria
hoy nos enturbia la lección el llanto;
mas ya el sagrado nimbo te acompaña
y en la portada de su nueva historia
la Patria inscribe ya tu nombre santo…
¡José Antonio! ¡Presente! ¡Arriba España!”