Manuel Machado

Raíz del hombre - II

Ardan todas las voces
y quémense los labios;
y en la más alta flor
quede la noche detenida.
 
Nadie sabe tu nombre ya;
en tu secreta fuerza influyen
la madurez dorada de la estrella
y la noche suspensa,
inmóvil océano.
 
Amante, todo calla
bajo la voz ardiente de tu nombre.
Amante, todo calla. Tú, sin nombre,
en la noche desnuda de palabras.
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