El amor está en las rosas,
las rosas son el amor,
cupido anda entre las cosas,
y hace de ellas una flor.
A veces despierta un nido,
y a veces se va a vagar,
y anda en el viento, en el ruido,
en el bosque y en el mar.
Hace despertar los truenos,
y hace rugir los leones,
y forma jardines buenos
dentro de los corazones.
Es la voz, la voz errante
que no encuentra su vocablo,
y expresa el ángel flotante
o expresa el prófugo diablo.
Se extenúa, se propaga,
se multiplica, se vierte,
y es profunda, triste, vaga,
toda vida o toda muerte.
Anda errante un silfo extraño
que llena mi alma invasora
con las perlas de la hora
y los diamantes del año.
Yo al silfo lo he visto. Y es
todo perlas y brillantes.
Las perlas se llaman: antes,
y los brillantes: después.