El soneto de trece versos
XIV
De una juvenil inocencia
qué conservar sino el sutil
perfume, esencia de su Abril,
la más maravillosa esencial
Por lamentar a mi conciencia
quedó de un sonoro marfil
un cuento que fué de las Mil
y Una Noche de mi existencia...
Scherezada se entredurmió...
El Visir quedó meditando...
Dinarzada el día olvido...
Mas el pájaro azul volvió...
Pero...
No obstante...
Siempre...
Cuando...