#EscritoresArgentinos #SigloXX
Blanca de blanca asfixia y exangüe blanca vida, a quien el blanco helado nevó la blanca mano de blanca aparecida,
Allí están, allí estaban las trashumantes nubes, la fácil desnudez del arroyo, la voz de la madera,
Si hubiera sospechado lo que se oye después de muerto, no me suicido. Apenas se desvanece la musiquita que nos echó a perder los últimos momentos y cerramos los ojos para dormir la ete...
La lluvia, con frecuencia, penetra por mis poros, ablanda mis tendones, traspasa mis arterias,
Tardará, tardará. Ya sé que todavía los émbolos, la usura, el sudor,
Debajo de la almohada una mano, mi mano, que se agranda, se agranda
Todo, todo, en el aire, en el agua, en la tierra
Entre un bosque de mástiles, y con sus muelles empavesados de c… Chioggia fondea en la laguna, ensangrentada de crepúsculo
No soy quien escucha ese trote llovido que atraviesa mi… No soy quien se pasa la lengua ent… al sentir que la boca se me llena… No soy quien espera,
En lo alto de esas cumbres agobian… hallaremos laderas y peñascos, donde yacen metales, momias de alg… peces cristalizados; pero jamás la extensa certidumbre
La banda de música le chasquea el… para que siga dando vueltas cloroformado bajo los antifaces con su olor a pomo y a sudor y su voz falsa
Toco toco poros amarras calas toco teclas de nervios
Siempre llega mi mano más tarde que otra mano que se mez… y forman una mano. Cuando voy a sentarme advierto que mi cuerpo
Un zumbido de moscas anestesia la… El sol unta con fósforo el frente… y en el cauce reseco de las calles… deambula un blanco espectro vestid… Penden de los balcones racimos de…
En el atrio: una reunión de ciegos auténticos, hasta con placa, una jauría de chicuelos, que ladra por una perra. La iglesia se refrigera para que no se le derritan los ojos y los braz...