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Apasionado y febril como el amor d…
Sed tienes. Y ahora, aunque arrancáramos todos los ríos de su entraña y los allegáramos trémulos, palpitantes, a tu boca, tu sed seguiría flotando por encima de las aguas en tumulto, im...
Yo tengo un mar de olas tempestuos… Yo tengo una selva sin sol y sin l… Yo tengo el oro y el hierro; tengo… Tú tienes la mirada de tus ojos...
Cuando vayamos al mar yo te diré mi secreto... Mi secreto se parece a la ola y a la sal. Cuando vayamos al mar
Quiere el Amor Feliz –el que se p… poco...– arrancar un verso al alma… ¿Cuándo la miel necesitó dulzura? ¿Quién esencia de pomo echa en la… Quédese en hojarasca temblorosa
Señor, no des a mis cantos el tris… Déjalos que se pierdan o se quemen…
Salí de ti hacia la madrugada. Se… Salí de ti. El cielo era tan gran…
Estas son mis alegrías: las he con… Estas son mis tristezas. Contarla… Esta soy yo: fundida con mi sombra…
Amor que llegas tarde, tráeme al menos la paz: Amor de atardecer, ¿por qué extrav… camino llegas a mi soledad? Amor que me has buscado sin buscar…
Vienes por fin a mí, tal como eras, con tu emoción antigua y tu rosa intacta, Lázaro rezagado, ajeno al fuego de la espera, olvidado de desintegrarse, mientras se hacía polvo, ceniza, l...
El pequeño contrahecho conoce todas las piedras del jardín; las ha sentido en sus rodillas y entre sus manos ya escamosas de humano reptil.
Todos los días, al obscurecer, ella sale a encender su lámpara para alumbrar el camino solitario. Es aquel un camino que nadie cruza nunca, perdido entre las sombras de la noche y a ple...
Te amo con un amor que puede alcan…
Como el ratón en la trampa, acabo de caer, sin comprenderlo todavía, en esta extraña trabazón de alambres, en esta imprevista jaula de dolor físico. Hubo un tiempo en que me tenía por u...
Poesía y amor piden paciencia. Am… Esa preciosa, aromática resina que…