José Angel Buesa

I

 
El árbol seco crece todavía,
porque su sombra tiene movimiento
bajo la claridad del mediodía.
 
Y cuando al cabo lo derribe el viento,
vencido por la edad y la tormenta,
habrá en el llano un estremecimiento.
 
Sin el jugo vital que lo sustenta,
cuando haya muerto en hoja, tronco y rama,
estará vivo en la raíz sedienta.
 
Y aún será, en el despojo que se inflama,
humo feliz que asciende al firmamento,
calor de hoguera y resplandor de llama.
 

II

 
Indiferente el leñador y el viento,
el árbol seco crece todavía,
porque su sombra tiene movimiento
bajo la claridad del mediodía.
Preferido o celebrado por...
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