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Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Ahí viene la gata de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Tírale una
Nombres tuyos, nombres míos, que recibimos de ayer como el agua de los ríos y que debes conocer: Bejucos de la Perdiz,
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
Sobre el mar hay una barca, sobre la barca un barquero, sobre el barquero
Yo tengo un sombrero alón donde cabe un aguacero, y botas que reconocen los caminos del vaquero. ¡Qué bien te sabré domar,
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
¡Que ruede la rueda de pan y canela! Que llegue al campo, que busque el trigo, que diga al agua
Porque no saben quererte me dicen que eres muy fea. Duerme... Duerme... Duerme, que te coge el gato y las tijeras muerden.
Volando sobre el Moncada un zunzuncito llegó; lo saludó con su vuelo, volando se despidió. A la sierra fue el zunzún,
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,