#Escritoras #EscritoresMexicanos #SigloXX
Quisimos aprender la despedida y rompimos la alianza que juntaba al amigo con la amiga. Y alzamos la distancia entre las amistades divididas.
…porque la realidad es reducible a los últimos signos y se pronuncia en sólo una palabra… Sonríe el otro y bebe de su vaso. Mira pasar las nubes altas del med…
VII He aquí que la muerte tarda como e… Nos va invadiendo, lenta, poro a p… Es inútil correr, precipitarse, huir hasta inventar nuevos caminos
Ahora estoy de regreso. Llevé lo que la ola, para romperse… —sal, espuma y estruendo—, y toqué con mis manos una criatura… el silencio.
Como la cera blanda, consumida por una llama pálida, mis días se consumen ardiendo en tu recuerd… Apenas iluminas el túnel de silenc… y el espanto impreciso
A veces, tan ligera como un pez en el agua, me muevo entre las cosas feliz y alucinada. Feliz de ser quien soy,
El mundo gime estéril como un hong… Es la hoja caduca y sin viento en… la uva pisoteada en el lagar del t… pródiga en zumos agrios y letales. Es esta rueda isócrona fija entre…
Tal vez cuando nací alguien puso e… una rama de mirto y se secó. Tal vez eso fue todo lo que tuve en la vida, de amor. Porque después (oh, rostro traicio…
Cataluña hilandera y labradora, viñedo y olivar, almendra pura, Patria: rememorada arquitectura, ciudad junto a la mar historiadora… Ola de la pasión descubridora,
Cuando nos lo anunciaron los que v… los que llevan el mar ausente entr… en forma de sencillos caracoles, temblamos de alegría, como bajo el… el pétalo colmado de las flores.
Entre la muerte y yo he erigido tu… que estrelle en ti sus olas funest… y resbale en espuma deshecha y hum… Cuerpo de amor, de plenitud, de fi… palabras que los vientos dispensan…
He aquí la regla de oro, el secret… Tener un sitio para cada cosa y tener cada cosa en su sitio. Así arreglé… Impecable anaquel el de los libros…
Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún… un olvido, una ausencia, a veces m… Matamos lo que amamos. ¡Que cese…
Habitación de duendes barre tu casa; deja ya de gemir porque no tienes un manojo de espigas en la falda. Borra de esas paredes
Convaleciente de tu amor y débil como el que ha aposentado largamen… agonías y fiebres, salgo, purificada y tambaleante, al reclamo de calles y de patios.