Esta noche la luna no quiere que y… Esta noche la luna saltó por la ve… Y, novia que se quita su ropa de a… toda ella desnuda, se ha metido en… Viene de lejos, viene de detrás de…
(A Félix Matos Bernier) Bajo el manto de sombras de la pri… la mano de Elohím, ahíta en el der… de la bíblica luz del fiat omniful… te amasó con la piel hosca de La s…
Guíñale al sol la cabaña. El río es brazo que se pierde por entre la manga verde que cuelga de la montaña. El yerbazal se desbaña.
Déjame, niña, bogar, en el esquife de un verso, por el oleaje perverso de tus pupilas de mar. Quiero en ellas desafiar
Para asomarme, desde mi alma, al m… ábrete y serás tú la única puerta. Ábrete en un amor tan ultrahumano que se salga del caso de la tierra… Ábrete en el temblor de la mirada
Para asomarme, desde mi alma, al m… ábrete y serás tu la única puerta. Ábrete en un amor tan ultrahumano que se salga del caso de la tierra… Ábrete en el temblor de la mirada
La Mujer Puertorriqueña Mujer de la tierra mía. Venus y a un tiempo María de la India Occidental. Vengo a cantar la poesía
La golondrina mansa del recuerdo se ha posado en mi torre de poeta. Viene de las difuntas lejanías... Del lado allá de las aradas sendas… Del sequedal escueto del olvido...
A la orilla del camino que en la sierra se encarama, mi gallo duerme en la rama de viejo laurel sabino. Le corre ardor masculino
Gallo que los tiene azules, es el que los sueños míos ensueñan en desafios que el campo tiñan de gules. Que su plumaje de tules
La América fue tuya. Fue tuya en… embrujada de plumas del cacique Ag… que traía el misterio de una noche… y quemóse en el rayo de sol de una… El África fue tuya. Fue tuya en l…
Ya está el lucero del alba encimita del palmar, como horquilla de cristal en el moño de una palma. Hacia él vuela mi alma,
Ensueño que estoy cenando y que tu espalda es mi mesa, acostada su blancura, como en la playa te viera nadando sobre la ola
Una novia en la playa... Una vela en el mar... Los péndulos de hojas, que cuelgan del cocal, tararean, ean, ean,
Cuando salí de collores fue en una jaquita baya, por un sendero entre mayas arropás de cundiamores. Adiós, malezas y flores