Déjame, niña, bogar, en el esquife de un verso, por el oleaje perverso de tus pupilas de mar. Quiero en ellas desafiar
A doña Panchita el sol la hizo de carne trigueña. El sol la hizo buena moza. El sol la hizo buena hembra. Le puso negro el cabello;
A la orilla del camino que en la sierra se encarama, mi gallo duerme en la rama de viejo laurel sabino. Le corre ardor masculino
Mi gallo ama el bosque umbrío de la verde cordillera y la caricia casera de la hamaca en el bohío. Cuando lanza su cantío,
Cuando salí de collores fue en una jaquita baya, por un sendero entre mayas arropás de cundiamores. Adiós, malezas y flores
Cuando yo más la quería, se fue para el camposanto. Toda la sal de mi llanto no sazona el alma mía. En mi choza ya vacía,
¡Ojos tuyos! Ojos negros, que el… Pupilas que se dilatan ante la azu… Astros donde la luz se ennegrece para que haya estrellas en la clar… Viajeros en que el polvo de la Ví…
Bella ficción de reinas y de reyes… Oh, carnaval, alegre carnaval, que unces tus yuntas de mejores bu… y aras la carne en el vaivén del v… Arado quo revuelcas corazones,
Guíñale al sol la cabaña. El río es brazo que se pierde por entre la manga verde que cuelga de la montaña. El yerbazal se desbaña.
El—La historia de nuestro amor, que aún sahúma tu memoria, fue breve como la historia de la abeja con la flor. Prisionera de la flor,
Oh, los anhelos de ml amor insanos… Quiero empañar tus límpidos crista… y ver palidecer esos corales sobre las perlas de tu boca ufanos… Quiero que llore, herida en sus ar…
Altamar del Mar Caribe. Noche azul. Blanca goleta. Una voz grita en la noche: —¡Marineros! ¡A cubierta! Es el aullido del lobo
Ensueño que estoy cenando y que tu espalda es mi mesa, acostada su blancura, como en la playa te viera nadando sobre la ola
Para asomarme, desde mi alma, al m… ábrete y serás tu la única puerta. Ábrete en un amor tan ultrahumano que se salga del caso de la tierra… Ábrete en el temblor de la mirada