Como la nieve cae aquí, nieva también dentro de mí. (Verlaine con nieve, ¿no es así?) De ti me acuerdo –ya sin ti. ¿A qué llorar, me digo yo,

Como el conocido señor Jourdain, que a los cuarenta años aprende de su profesor de filosofía que ha estado hablando en prosa sin saberlo, bien pudiera decirse que no pocos prosistas, y ...

¡Oh Camagüey, oh suave comarca de pastores y sombreros! No puedo hablar, pero me gritan la noche, este misterio; no puedo hablar, pero me obligan

A Camagüey suelo ir por revivir mis claros días de infancia. Aspiro allá en su fragancia rosas que no volverán.

Haz que tu vida sea campana que repique o surco en que florezca y fructifi… el árbol luminoso de la idea. Alza tu voz sobre la voz sin nombr…

No sé lo que tú piensas, hermano,… que hay que educar la Musa desde p… fobia sincera contra las cosas de… satélite cornudo, desprestigiado y… Edúcala en los parques, respirando…

Los negros, trabajando junto al vapor. Los árabes, vendie… los franceses, paseando y descansa… y el sol, ardiendo. En el puerto se acuesta

¡Quirino con su tres! La bemba grande, la pasa dura, sueltos los pies, y una mulata que se derrite de sab…

¡Ay, pobre doña María, ella que no sabe nada! Su hijo, el de la piel manchada, a sueldo en la policía. Ayer, taimado y sutil,

Yo no voy a decirte que soy un hom… Entre otras cosas falta saber si es que lo puro exis… O si es, pongamos, necesario. O posible.

Quemaste la madrugada con fuego de tu guitarra: zumo de caña en la jícara de tu carne prieta y viva, bajo luna muerta y blanca.

Cuando me veo y toco yo, Juan sin Nada no más ayer, y hoy Juan con Todo, y hoy con todo, vuelvo los ojos, miro,

¡Ah, qué pedazo de sol, carne de mango! Melones de agua, plátanos.

Grave, junto a la puerta del yanqu… vela un soldado el sueño de quien… ese cangrejo hervido, de pensamien… dueño de mi esperanza, del palo y… Allí, de piedra, inmóvil. Pero el…

Elvio Romero, mi hermano, yo partiría en un vuelo de avión o de ave marina, mar a mar y cielo a cielo, hacia el Paraguay lejano,