#Escritoras #EscritoresGuatemaltecos
A veces huyo por intrincados caminos construidos de palabras, que me llevan a los páramos de nadie.
Un desangrarse lento remontable hasta la más pérfida belleza hasta el misterio de la carne iner… un ciego encadenarse
A tu ancho cuerpo de jade y plata vuelvo, jinete de manos verdes y pleno cuerpo verde de fosforescencias nocturnas.
La memoria es una tumba abierta donde puedo enterrar la piedad por mí misma, mientras un felino se desliza muy suave
Bajo el ala de la noche que deja su huella imprecisa bajo la sombra del corazón repudiado
Los incrédulos repetirán —una y otra vez— tu nombre, como lo hago yo en esta noche de turbia embriaguez
Fui agarrándome de ti, de tus ojos, campanarios llenos de palomas, y tu pecho encendido como un lucero sólo.
Con sus garras de ónix, puntual, ordeña la muerte cada uno de nuestros días, y los sorbe insaciable
Aún deseo mis antiguos tiempos fetales, en que fui pez opalescente y ciego.
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Me había sido tan ajena siempre, y hoy de pronto me descubre su color sencillo
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando por los huesos
Mentira: el perfume la voz el encaje la mujer de plástico
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,