EL IMPULSO
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En el recuerdo estás tal como esta… Mi conciencia ya era esta concienc… pero yo estaba triste, siempre tri… porque aún mi presencia no era la… de esta final conciencia
La tarde de mi espíritu, de pronto, se incendió de grana. Se deslumbraron mis ruinas... —Mi sentimiento era ausente de instante, y temeroso
Contra el cielo inespresable, el álamo, ya amarillo, instala la alta belleza de su éstasis vespertino. La luz se recoje en él
Mira, Platero, los burros del Que…
¡Esperar! ¡Esperar! Mientras, el… cuelga nubes de oro a las lluviosa… las espigas suceden a las rosas; las hojas secas a la espiga; el ye… sepulta la hoja seca; en largo due…
El paraje es tan solo, que parece que siempre hay alguien por él. De vuelta de los montes, los cazadores alargan por aquí el paso y se suben por los vallados para ver más lejos. Se dice...
Quisiera que mi vida se cayera en la muerte, como este chorro alto de agua bell… en el agua tendida matinal; ondulado, brillante, sensual, aleg…
Donde quiera que paro, Platero, me parece que paro bajo el pino de la Corona. A donde quiera que llego—ciudad, amor, gloria—me parece que llego a su plenitud verde y derramada bajo el g...
Las almenadas azoteas blancas se cortan secamente sobre el alegre cielo azul, gélido y estrellado. El norte silencioso acaricia, vivo, con su pura agudeza. Todos creen que tienen frío, ...
No hay sol; el cielo de invierno es de bruma y nubes blancas; sólo hay un raso celeste sobre la saraucarias. La avenida abre su sueño
No sé cómo irme de aquí, Platero. ¿Quién lo deja ahí al pobre, sin guía y sin amparo? Ha debido de salirse del moridero. Yo creo que no nos oye ni nos ve. Ya lo viste esta mañana en ese...
Lo que queráis, señor; y sea lo que queráis. Si queréis que entre las rosas ría hacia los matinales resplandores de la vida,
¡Ojos que quieren mirar alegres y miran tristes! ¡Ay, no es posible que un muro viejo
Por los hondos caminos del estío, colgados de tiernas madreselvas, ¡cuán dulcemente vamos! Yo leo, o canto, o digo versos al cielo. Platero mordisquea la hierba escasa de los vallados e...
Se vistió la nieve de vagos carmines. ¿Me quieres?- me dijo ¡Te quiero!- le dije. Me besó en la boca