Juana de Ibarbourou
Hoy he pasado por un camino triste
Donde sólo cantan los sapos y los grillos.
Es un camino estéril, reseco, sin orillos
De lodo, y que no viste
 
Reborde de cicutas ni de cardos.
Me asaltó la garganta un sabor de ceniza.
Medrosa, entre mis labios se agazapó la risa.
Vi mis dedos rosados como diez huesos pardos,
 
Untados de penumbra, de humedad y de tierra.
Y cual si me golpearan las manos del espanto,
Huí de aquel camino largo del camposanto
Mientras el sol de azufre se acostaba en la sierra.
Preferido o celebrado por...
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