Joaquín Sabina

Para el clan de los Pelayo

XIV

 
No somos siempre nosotros el bueno,
no tienen otros la culpa de todo,
la redención mata más que el veneno,
perfil de plata, borceguí de lodo.
 
Neuras y gritos y coches y aromas,
calles y cuerpos y noches y azares,
sigue corriendo, sin puntos ni comas,
sube al infierno, baja a los altares.
 
Perdí mi sueldo de bombero un día,
que, por jugar a echar troncos al fuego,
quemé los muros de la patria mía.
 
¿Cómo iba yo a saber que la hidalguía
era el pijama a rayas del talego
y la ambición un perro policía?
Preferido o celebrado por...
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