(A María Kodama)
#1976 #EscritoresArgentinos #LaMonedaDeHierro
Indigno de los astros y del ave que surca el hondo azul, ahora sec… de esas líneas que son el alfabeto que ordenan otros y del mármol gra… cuyo dintel mis ya gastados ojos
Oh días consagrados al inútil empeño de olvidar la biografía de un poeta menor del hemisferio austral, a quien los hados o los a… dieron un cuerpo que no deja un hi…
En los campos de Antelo, hacia el… Mi padre lo trató. Quizá cambiaro… Unas parcas palabras olvidadas. No recordaba de él sino una cosa: El dorso de la oscura mano izquier…
Zumban las balas en la tarde últim… Hay viento y hay cenizas en el vie… se dispersan el día y la batalla deforme, y la victoria es de los o… Vencen los bárbaros, los gauchos v…
¿Cómo invocarte, delicada Inglate… Es evidente que no debo ensayar la pompa y el estrépito de la oda, ajena a tu pudor. No hablaré de tus mares, que son e…
El hombre se despierta de un incie… sueño de alfanjes y de campo llano y se toca la barba con la mano y se pregunta si está herido o mue… ¿No lo perseguirán los hechiceros
Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en el velorio de Cristián, el mayor, que falleció de muerte natural, hacia mil ochociento...
Sueño con un antiguo rey. De hier… es la corona y muerta la mirada. Ya no hay caras así. La firme esp… lo acatará, leal como su perro. No sé si es de Nortumbria o de No…
En España, y aun aquí, en la Argentina, se puede conversar todavía. A mí me gusta conversar con los “chauffeurs”, con los mozos de café... En España yo he estado conversando con un past...
Ya cumplida la cifra de los pasos que te fue dado andar sobre la tie… digo que has muerto. Yo también he… Yo, que recuerdo la precisa noche el ignorado adiós, hoy me pregunto…
El volumen de Locke, los anaquele… la luz del patio ajedrezado y ters… y la mano trazando, lenta, el vers… La pálida azucena a los laureles. Cuando en la tarde evoco la azaros…
¿Qué habrá soñado el Tiempo hasta ahora, que es, como todos los ahoras, el ápice? Ha soñado la espada, cuyo mejor lugar es el verso. Ha soñado y labrado la sentencia, que puede simular ...
Una pieza de hotel, igual a todas. La hora sin metáfora, la siesta que nos disgrega y pierde. La fres… del agua elemental en la garganta. La niebla tenuemente luminosa
Todo era fácil, nos parece ahora, en el plástico ayer irrevocable: Sócrates que apurada la cicuta, discurre sobre el alma y su camino mientras la muerte azul le va subi…
El alivio que habrá sentido César… El alivio que habrá sentido Carlo… El alivio que tú y yo sentiremos e…