#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1988 #VientosDelExilio
—Veamos—dijo el profesor—. ¿Alguno de ustedes sabe qué es lo contrario de IN? —No es obligatorio pensar en inglés. En Español, lo contrario de IN (como prefijo privativo, claro) suele s...
¿Dónde está mi país? ¿junto al río o al borde de la noc… ¿en un pasado del que no hay que h… ¿dónde? ¿en la desolación de la memoria?
Después de todo el solo riesgo de que dios exista es que exista en mi sueño y allí aletee sin preguntas dejando llagas en mi corazón
Estás alicaído, estás dudando, no te alcanzan las pruebas ni las… cada Dónde te ofusca, cada Cuándo… Recorres el confort, las estrechec… que quedaron atrás y es razonable
Si cuarenta mil niños sucumben dia… en el purgatorio del hambre y de l… si la tortura de los pobres cuerpo… envilece una a una a las almas y si el poder se ufana de sus cuar…
¿Qué es en definitiva el mar? ¿por qué seduce? ¿por qué tienta? suele invadirnos como un dogma y nos obliga a ser orilla nadar es una forma de abrazarlo
La verdad es que grietas no faltan así al pasar recuerdo las que separan a zurdos y diestro…
Los años vienen con raíces y algas y sueños remontados en la ola con los años también todo se olvid… los ritos del placer la noche vege… la alegría que ataca por el flanco
Todavía tengo casi todos mis dient… casi todos mis cabellos y poquísim… puedo hacer y deshacer el amor trepar una escalera de dos en dos y correr cuarenta metros detrás de…
Cuando el presidente carter se preocupa tanto de los derechos humanos parece evidente que en ese caso
La nación es una manzana una roja invitante manzana y no sabemos quién la moderá la nación es una corneta una ronca gastada corneta
No hay ángeles no hay dios no hay cielo no hay regreso sin embargo
Vino el patrón y nos dejó su niño casi tres horas nos dejó su niño, indefenso, sonriente, millonario, un angelito gordo y sin palabras. Lo sentamos allí, frente a la máqu…
Quién me iba a decir que el destin… Ver la lluvia a través de letras i… un paredón con manchas que parecen… el techo de los ómnibus brillantes… y esa melancolía que impregna las…
Hacía por lo menos veinte años que Aníbal Sastre conocía a Bernardo Giudice y Amanda Doria. Ni uno ni otra integraban el círculo más o menos estrecho de sus amigos, pero Bernardo y él h...