La nación es una manzana
una roja invitante manzana
y no sabemos quién la moderá
la nación es una corneta
una ronca gastada corneta
y no sabemos quién la sonará
la nación es una langosta
una atlética horrible langosta
y no sabemos quién la matará
oh nosotros estamos por la Reforma
o sea ahogar las cornetas en su tinta
y comer las manzanas con su cáscara
e invitar las langostas al té de los domingos
claro que estamos por la reforma
o –en otras palabras– contra la Reforma
y ya que el prestigioso colega nos recuerda
que el once por ciento de nuestros lactantes
son comunistas y útiles cretinos
nuestro próximo slogan tendría que ser
démosles biberones con arsénico
así estaremos moralmente preparados
para regar con método y talvez con piedad
la tierra de los hombres de buena voluntad.