#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos #SigloXX #PoemasEnMenguante (1928)
Yo me esconderé pero que no me veas ¡oh Tiempo! por invisible claro viajero. Yo te observaré en tu intimidad, cuando crees estar solo y desnudas el secreto
Ilesa isla intacta bozal del mar nómada, cabezal de nardos ahogados en luz. Un ladrido en clave
Su cuerpo resonaba en el espejo vertebrado en imágenes distantes: uno y múltiple, espeso, de reflejo reverso ahora de inmediato antes. Entraba de anterior huida al dejo
Esta rosa quema el aire templada, sin desgarro, a solas con lo eterno, llega al morir de ahora de sí misma apartada.
Filiflama alabe cundre ala olalúnea alífera alveola jitanjáfora liris salumba salífera Olivia oleo olorife
Bajo la alta soledad inmerso, a la deslumbre del azul ufano, el viento enseña el ala del revers… toda ventana abierta sobre el vano… Aquí, sobre este lado de antepecho…
Yo adoro en el Otoño la expresión… que llena los jardines de gracia p… y en que en el gentil donaire del… idealiza el ambiente con una unció… Si ha muerto ya el Estío, su muer…
Rompo una rosa y no te encuentro. Al viento, así, columnas deshojada… palacio de la rosa en ruinas. Ahora —rosa imposible—empiezas: por agujas de aire entretejida
Quise encarnar mi ansia en una sol… En una forma altiva florecer en be… Que tuviera un anhelo sutil de mar… Y que fuera la gracia blasón de su… Pero en mi vida nada se acerca ya…
Nunca es ocioso para la curiosidad eternamente despierta del buscador, reconstruir al poeta por la ruina que dejó en los fragmentos esparcidos de una presencia que se eclipsa sin desapa...
La luna y el niño juegan un juego que nadie ve; se ven sin mirarse, hablan lengua de pura mudez. ¿Qué se dicen, qué se callan,
Allí, –en lo no mío, en mí– estaba el paisaje. Sonaba la músic… —Catedral de recuerdos.— Se borró el paisaje. Y pasó la mú… Aquí mi paisaje; aquí, ésta, mi mú…
Filiflama alabe cundre ala olalúnea alífera alveola jitanjáfora liris salumba salífera. Olivia oleo olorife
Al caos me asomo... El caos y yo por no ser uno no somos dos. Vida de nadie,
En esta tierra del alma leve y tenaz —limo naciente de morires súbitos— hueco,—entre dos piedras de silenc… mi canto, eterno, recomienza.