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Bandera que aprisiona el aliento de Abril, corona tu torre de marfil. Cual princesa encantada,
Vamos por partes: comenzará muy puro, pero, al fin... ¡carne!
Francisca, sé suave, es tu dulce deber; sé para mí un ave que fuera una mujer. Francisca, sé una flor
A un cruzado caballero, garrido y noble garzón, en el palenque guerrero le clavaron un acero tan cerca del corazón,
Llegué a la pobre cabaña en días de primavera. La niña triste cantaba, la abuela hilaba en la rueca. —¡Buena anciana, buena anciana,
Phocás el campesino, hijo mío, que… en apenas escasos meses de vida, t… dolores en tus ojos que esperan ta… por el fatal pensar que revelan tu… Tarda a venir a este dolor adonde…
¡Argentina, región de la aurora! ¡Oh, tierra abierta al sediento de libertad y de vida, dinámica y creadora! ¡Oh barca augusta, de prora
Ponedle dentro el sol y las estrel… ¿Aun no? Todos los rayos y centel… ¿Aun no? Poned la aurora del orie… la sonrisa de un niño, de una virgen la frente
Mira el signo, sutil que los dedos… Hacen al agitar el tallo que se in… Y se alza en una rítmica virtud de… Con el áureo pincel de la flor de… Trazan sobre la tela azul del firm…
Ya de un corintio templo cincela u… Ya de un morisco alcázar el capite… Ya, como Benvenuto, del oro de un… Forma un joyel artístico, prodigio… Pinta las dulces Gracias, o la de…
¡Desgraciado Almirante! Tu pobre… tu india virgen y hermosa de sangr… la perla de tus sueños, es una his… de convulsivos nervios y frente pá… Un desastroso espirítu posee tu ti…
La estéril gran señora desespera y odia su gentil talle cuando pasa la pobre cocinera con seis hijos y medio por la call…
¿Qué signo haces, oh Cisne, con t… al paso de los tristes y errantes… ¿Por qué tan silencioso de ser bla… tiránico a las aguas e impasible a… Yo te saludo ahora como en versos…
Mientras tenéis, ¡oh negros corazo… conciliábulos de odio y de miseria… el órgano de amor niega sus sones. Cantad, oíd: «La vida es dulce y… Para ti, pensador meditabundo,
Señora, el Amor es violento, y cuando nos transfigura nos enciende el pensamiento la locura. No pidas paz a mis brazos
