#Modernismo #Nicaragüenses #SigloXIX #SigloXX
De lo que en tu vida entera nunca debes hacer caso: la fisga de un envidioso, el insulto de un borracho, el bofetón de un cualquiera
Mis ojos miraban en hora de ensueñ… la página blanca. Y vino el desfile de ensueños y so… Y fueron mujeres de rostros de est… Mujeres de rostros de estatuas de…
Torres de Dios! Poetas! Parrayos celestes, que resistís las duras tempestades… como crestas escuetas como picos agrestes,
Lirio divino, lirio de las Anunci… Lirio, florido príncipe, Hermano perfumado de las estrellas… Joya de los abriles. A ti las blancas dianas de los par…
Don Gil, Don Juán, Don Lope, D… ¿cúya es esta cabeza soberbia? ¿es… ¿esos ojos de jaspe? ¿esa barba de… Este fué un caballero que persigui… Cien veces hizo cosas tan sonoras…
Mi pobre alma pálida Era un crisálida. Luego mariposa De color de rosa. Un céfiro inquieto
Antes de todo, gloria a ti, Leda! tu dulce vientre cubrió de seda el Dios. Miel y oro sobre la bris… Sonaban alternativamente flauta y cristales, Pan y la fuent…
La princesa está triste... ¿qué te… Los suspiros se escapan de su boca… que ha perdido la risa, que ha per… La princesa está pálida en su sill… está mudo el teclado de su clave s…
Lloraba en mis brazos vestida de n… se oía el latido de su corazón, cubríanle el cuello los rizos cast… y toda temblaba de miedo y de amor… ¿Quién tuvo la culpa? La noche ca…
¿Que por qué así? No es muy dulce la palabra, lo confieso. Mas, de esa extraña amargura la explicación está en esto: después de llorar mis lágrimas
Dio luz a sus estrofas el cielo az… Le atrajo con su inmenso fulgor el… Ciñeron su cabeza los lauros de la… Y fueron sus hermanos los hijos de… Las máscaras le dieron las Gracia…
El amor está en las rosas, las rosas son el amor, cupido anda entre las cosas, y hace de ellas una flor. A veces despierta un nido,
Ay, triste del que un día en su es… pone los ojos e interroga. Está pe… Ay del que pide eurekas al placer… Dos dioses hay, y son Ignorancia… Lo que el árbol desea decir y dice…
¿Quién es candil de la calle y oscuridad de su casa? —Quien halla en aquélla flores y en ésta abrojos y lágrimas.
Aquella frente de virgen, aquella cándida tez, aquellos rizos oscuros, aquellos labios de miel, aquellos ojos purísimos