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¿Cómo vive esa rosa que has prendi… junto a tu corazón? Nunca hasta ahora contemplé en el… junto al volcán la flor.
Al ver mis horas de fiebre e insomnio lentas pasar, a la orilla de mi lecho, ¿quién se sentará? Cuando la trémula mano
Llegó la noche y no encontré un as… ¡y tuve sed!... Mis lágrimas bebí; ¡y tuve hambre! ¡Los hinchados ojo… cerré para dormir! ¡Estaba en un desierto! Aunque a…
Besa el aura que gime blandamente las leves ondas que jugando riza; el sol besa a la nube en occidente y de púrpura y oro la matiza; la llama en derredor del tronco ar…
Yo sé un himno gigante y extraño que anuncia en la noche del alma u… y estas páginas son de ese himno cadencias que el aire dilata en la… Yo quisiera escribirle, del hombre
Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su ll… y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino, ella por otr…
Una mujer me ha envenenado el alma… otra mujer me ha envenenado el cue… ninguna de las dos vino a buscarme… yo, de ninguna de las dos me quejo… Como el mundo es redondo, el mundo…
Las ropas desceñidas, desnudas las espaldas, en el dintel de oro de la puerta dos ángeles velaban. Me aproximé a los hierros
Espíritu sin nombre, indefinible esencia, yo vivo con la vida sin formas de la idea. Yo nado en el vacío,
Es cuestión de palabras, y, no obs… ni tú ni yo jamás, después de lo pasado, convendremos en quién la culpa está. ¡Lástima que el amor un diccionari…
Cuando miro el azul horizonte perderse a lo lejos, al través de una gasa de polvo dorado e inquieto, me parece posible arrancarme
Margarita lloraba con el rostro oculto entre las manos; lloraba sin gemir, pero las lágrimas corrían silenciosas a lo largo de sus mejillas, deslizándose por entre sus dedos para caer e...
Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas
No dormía: vagaba en ese limbo en que cambian de forma los objeto… misteriosos espacios que separan la vigilia del sueño. Las ideas que en ronda silenciosa
Cuando sobre el pecho inclinas la melancólica frente, una azucena tronchada me pareces. Porque al darte la pureza