Se trajo en el corazón un pez del Mar de la China. A veces se ve cruzar diminuto por sus ojos. Olvida siendo marino

El puñal, entra en el corazón, como la reja del arado en el yermo. No.

La muerte entra y sale de la taberna. Pasan caballos negros y gente siniestra

¡Mi soledad sin descanso! Ojos chicos de mi cuerpo y grandes de mi caballo, no se cierran por la noche ni miran al otro lado,

Por las arboledas del Tamarit han venido los perros de plomo a esperar que se caigan los ramos, a esperar que se quiebren ellos so… El Tamarit tiene un manzano

Suntuosa Leonarda. Carne pontifical y traje blanco, en las barandas de “Villa Leonard… Expuesta a los tranvías y a los ba… Negros torsos bañistas oscurecen

Árbol de Sangre riega la mañana por donde gime la recién parida. Su voz deja cristales en la herida y un gráfico de hueso en la ventan… Mientras la luz que viene fija y g…

Rosa futura y vena contenida, amatista de ayer y brisa de ahora… ¡quiero olvidarlas! Hombre y pez en sus medios, bajo c… esperando en el alga o en la silla…

Por una vereda venía Don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil

La hoguera pone al campo de la tar… unas astas de ciervo enfurecido. Todo el valle se tiende. Por sus… caracolea el vientecillo. El aire cristaliza bajo el humo.