Yo me muero de amor, que no sabía, aunque diestro en amar cosas del s… que no pensaba yo que amor del cie… con tal rigor las almas encendía. Si llama la moral filosofía
En las mañanicas del mes de mayo, cantan los ruiseñores, se alegra el campo. En las mañanicas
Quien supiere, señores, de un pasa… que de Juana a esta parte anda per… duro de cama y roto de vestido, que en lo demás es blando como un… de cejas mal poblado, y de elefant…
Canta Amarilis, y su voz levanta mi alma desde el orbe de la luna a las inteligencias, que ninguna la suya imita con dulzura tanta. De su número luego me trasplanta
De una recia calentura, de un amoroso accidente, con el frío de los celos Belardo estaba a la muerte. Pensando estaba en la causa,
¡Oh libertad preciosa, no comparada al oro ni al bien mayor de la espaciosa t… Más rica y más gozosa que el precioso tesoro
Picó atrevido un átomo viviente los blancos pechos de Leonor hermo… granate en perlas, arador en rosa, breve lunar del invisible diente. Ella dos puntas de marfil luciente…
Cayó la torre que en el viento hac… mis altos pensamientos castigados, que yacen por el suelo derribados cuando con sus extremos competían. Atrevidos al sol llegar querían,
Llenos de lágrimas tristes tiene Belardo los ojos, porque le muestra Belisa graves los suyos hermosos. Celos mortales han sido
Por las riberas famosas de las aguas de Jarama, junto del mesmo lugar que Tajo las acompaña, alegre sale Belardo
Con nuevos lazos, como el mismo A… hallé en cabello a mi Lucinda un d… tan hermosa, que al cielo parecía en la risa del alba, abriendo el p… Vino un aire sutil, y desatólo
Vireno, aquel mi manso regalado del collarejo azul; aquel hermoso que con balido ronco y amoroso llevaba por los montes mi ganado; aquel del vellocino ensortijado,
Entro en mí mismo para verme, y de… hallo, ¡ay de mí!, con la razón po… una loca república alterada, tanto que apenas los umbrales entr… Al apetito sensitivo encuentro,
Esparcido el cabello por la espald… que fue del sol desprecio y maravi… Silvia cogía por la verde orilla del mar de Cádiz conchas en su fal… El agua entre el hinojo de esmeral…
La tarde se escurecía entre la una y las dos, que viendo que el Sol se muere, se vistió de luto el sol. Tinieblas cubren los aires,