»Ya que tamaño plazer se le ofresçe
a esta mi vida non meresçedora,
suplico tú seas la mi guiadora
en esta gran casa que aquí nos paresçe;
la qual toda creo que más obedesçe
a ti, cuyo santo nombre convoco,
que non a Fortuna, que tiene allí poco,
usando de nombre que nol pertenesçe».