Mario Benedetti
En este espacio cada uno es capaz
de zurcir sus vislumbres y tinieblas
árboles me rodean con sus patas de elefante
tengo un gong en las sienes memoriosas
 
en un banco como éste cubierto de ramitas
mi adolescencia aprendió a dostoievsky
y gracias a fernández moreno en chascomús
pensó el equivalente de anch’io son’pittore
 
tozudo como la cadencia de un molino
latigazo del aire      desairado
sé del barro prolijo      los segmentos de cielo
las hojas muertas y el gemido o la brisa
 
no es un refugio pero da amparo
oasis ecológico con vista a la jornada
sin la miseria huésped en los lindes
pero con frisos de jactancia y humo
 
siempre me anima su propuesta de verdes
y la disfruto como si fuera un insomnio
de esos que transitan por los amores de la piel
proclive a tantas otras ceremonias
 
también me conforta su condición de isla
eco querellante del simulacro organizado
por fortuna libre de viejas simetrías
ya que sus canteros fingen otra retórica
 
lujo del pobre entre los opulentos galaxia de jubilados y niñeras
y seminaristas autoflagelados
que salen a respirar con los gorriones
 
siempre acudo a vos en peregrinación
plaza san martín de los pastitos elegantes
y de las muchachas que aprenden a besar
con los ojos cerrados      como en el cine
Preferido o celebrado por...
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