#EscritoresNicaragüenses #Modernismo #SigloXIX #SigloXX #1887 #Abrojos #EscritoresNicaraguenses
De D. Luis de Góngora y Argote… Mientras el brillo de tu gloria au… ser en la eternidad sol sin ponien… fénix de viva luz, fénix ardiente, diamante parangón de la pintura,
Noche. Este viento vagabundo llev… Las alas entumidas Y heladas. El gran Andes Yergue al inmenso azul su blanca c… La nieve cae en copos,
¿Cómo decía usted, amigo mío? ¿Qué el amor es un río? No es ext… Es ciertamente un río que, uniéndose al confluente del d… va a perderse en el mar del deseng…
Cuidadoso estoy siempre ante el I… enigma humano tan ponzoñoso y süav… que casi no pretende su condición… cuando se ha conquistado sus terro…
Oh, terremoto mental! Yo sentí un día en mi cráneo como el caer subitáneo de una Babel de cristal. De Pascal miré el abismo,
Lodo vil que se hace nube, es preferible, por todo, a nube que se hace lodo: ésta cae y aquélla sube.
¡Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen… la espada se anuncia con vivo refl… ya viene, oro y hierro, el cortejo… Ya pasa debajo los arcos ornados d…
Ve un zorzal a un pavo real que se esponja y gallardea; le mira la pata fea y exclama:—“¡Horrible animal!” sin ver la pluma oriental,
Mira, no me digas más: ¡que otra palabra como ésa tal vez me pueda matar!
¿Que lloras? Lo comprendo. Todo concluido está. Pero no quiero verte, alma mía, llorar. Nuestro amor, siempre, siempre...
Silencio de la noche, doloroso sil… nocturno… ¿Por qué el alma tiembla… Oigo el zumbido de mi sangre, dentro de mi cráneo pasa una suave… ¡Insomnio! No poder dormir y, sin…
Pues si el torno de la Inclusa es un buzón verdadero, ¿adónde llevan los ángeles las cartas para el infierno?
Yo sé que hay quienes dicen: ¿por… con aquella locura armoniosa de an… Ésos no ven la obra profunda de la… la labor del minuto y el prodigio… Yo, pobre árbol, produje, al amor…
¡Oh, luz mía! Te adoro con toda el alma; tu recuerdo es l… de mi esperanza. Corazón mío, ¡vieras, con mi silencio,
El cisne en la sombra parece de ni… su pico es de ámbar, del alba al t… el suave crepúsculo que pasa tan b… las cándidas alas sonrosa de luz. Y luego en las ondas del lago azul…