#Escritoras #EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros
No sé cómo diablos te insulta la a… cómo palpita el tiburón donde te m… Es posible secarse y estar vivo en una célula terribl… Parpadea, camina, fulge,
Vuelves a renovarme el don perpetu… Otra vez eres ése que me enseñó las señales del alba… el que salvó una hormiga en el bor… Vuelves para pedirme que reúna
Como en un lecho me tendí en el ma… Hechizada por musgos y por linos tuve acoso de brazos peregrinos que me echaban las ondas al pasar. Contra mi carne se batió el azar.
Cogí un recuerdo para soportar la… pasé la página de mi libreta y escribí: te amo. Pero era para no enseñar a todos m… (Váyanse a la madre que los parió,
Otra vez la batalla lenta y verde: tu perfil de muchacho resonante asomándome el fuego, y un instante de temblor en mi labio que te muer… Otra vez los dos ciegos y el hundi…
Hoy te saludo brutalmente: con un golpe de tos o una patada. ¿Dónde te metes, a dónde huyes con tu caja loca
Anoche me acosté con un hombre y s… Las constelaciones nada saben del… Sus besos eran balas que yo enseñé… Hubo un paro cardíaco. El joven
Cuando se acaben estas noches en las que estoy sola y tú estás c… cuando se acaben estas cosas del destino, cuando se acabe
Yo le recuerdo aquí: donde me duel… el color que le trajo a mi esperan… y le recuerdo aquí porque soy tris… y ya no puedo echarme entre sus lá… ¿Qué corazón saldría de este insom…
Se me ha perdido un hombre. Y lo busco por cifras y guitarras, por rostros y entrepisos, en el cielo, en la tierra,
Matanzas: bendigo aquí tus malecones mojados, los árboles desterrados del Paseo de Martí y el eco en el Yumurí.
A veces va una por la calle, trist… pidiendo que el canario no se muer… y apenas se da cuenta de que exist… un semáforo, el pan, la primavera. A veces va una por la calle, sola
Como agua pequeñita, como aurora resplandeciendo así sobre la cara, como un signo de Dios que se secar… para borrar su marca ya incolora; como un cristal alegre que demora
Adiós, locura de mis treinta años, besado en julio bajo luna llena al tiempo de la herida y la azucen… Adiós, mi venda de taparme daños. Adiós, mi excusa, mi desorden bell…
Seis de la tarde y del oro. La arena como mojada por una blancura alada. ¡Si llego a tocarla, lloro! Alma y nube conversando