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Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
Palma real, bandera viva en el paisaje clavada, tu nombre lo mece el viento, el viento que llega y pasa. Cuando al ondular susurras
El tomeguín del pinar con su collar amarillo ya pica en el alpistillo, ya rápido echa a volar. Y va del ateje al güin,
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
En el pozo viejo el sapo se baña; la luna, traviesa, se mete en el agua. En el pozo nuevo
Ahí viene la gata de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Tírale una
La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Abril es un niño rubio que junta flores y pájaros; tiene los ojos azules y va vestido de blanco. Mayo es un niño aguador
¿Qué venadito blanco cruza la noche cuando la luna llena brilla en el monte? ¿Qué venadito sediento
Jazmín diamela, jazmín de España, jasmín criollo, ¡Ixora blanca! Lirio amarillo,
La Habana es como una hermosa, limpia, fresca, alegre casa: sus puertas, de par en par, invitan a visitarla. Aquel que a Cuba respete
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Moterita de madera llena de polvos de arroz, con tapa de cristal fino y la mota de plumón. ¿De quién será la motera