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Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
Torito camagüeyano y de la sabana rey, he venido de muy lejos queriéndote conocer. Debajo del algarrobo
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
¡Del monte cubano vengo, del monte cubano soy! Pinipiní Guásima baría, júcaro amarillo,
En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
¡Tilín! ¡Tilán! Campana de oro de la mañana. ¡Tilín!
Juana tejedora, téjeme un pañuelo para ir a la boda de don Pirulero. Dame, jardinero,
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,