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Hay una raíz amarga y un mundo de mil terrazas. Ni la mano más pequeña quiebra la puerta de agua. ¿Dónde vas? ¿adónde? ¿dónde?
Dulce chopo, Dulce chopo, Te has puesto De oro. Ayer estabas verde,
Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,
Se ven desde las barandas, por el monte, monte, monte, mulos y sombras de mulos cargados de girasoles. Sus ojos en las umbrías
Cayó una hoja y dos y tres. Por la luna nadaba un pez. El agua duerme una hora
¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,
CIPRÉS Ciprés. (Agua estancada.) Chopo (Agua cristalina.)
Duérmete, niñito mío, que tu madre no está en casa; que se la llevó la Virgen de compañera a su casa.
Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
Suben por la calle los cuatro galanes. Ay, ay, ay, ay. Por la calle abajo van los tres galanes.
La canción, que nunca diré, se ha dormido en mis labios. La canción, que nunca diré.
Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres,
Entre mariposas negras va una muchacha morena junto a una blanca serpiente de niebla. Tierra de luz,