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Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
En un caracol rosado de la playa de Girón sobre el nácar hay grabado: “¡Cada cubano un soldado; cada soldado un león!”
Nombres tuyos, nombres míos, que recibimos de ayer como el agua de los ríos y que debes conocer: Bejucos de la Perdiz,
Yo tengo un sombrero alón donde cabe un aguacero, y botas que reconocen los caminos del vaquero. ¡Qué bien te sabré domar,
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
En la Sierra Maestra, con el paisaje, se alzó su vide noble, creció su sangre. Sembrador, guerrillero,
Mi papalote, ¡qué lindo mi papalote! Vuela y vuela como un pájaro mi papalote. Un pájaro de papel
Do Re Mi Fa Sol, ya sube la araña. sol fa mi re do corriendo trabaja. Se mece,
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
Escóndete, caracol: no asomes tus cuernos largos. Cuando salgas de paseo no saludes a los pájaros, ni con otro caracol