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De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
Juana tejedora, téjeme un pañuelo para ir a la boda de don Pirulero. Dame, jardinero,
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
Moterita de madera llena de polvos de arroz, con tapa de cristal fino y la mota de plumón. ¿De quién será la motera
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Naranja sobre limón, sobre limones el agua: agua fértil de represa, agua de la nube blanca. Finas espigas de arroz,
Torito camagüeyano y de la sabana rey, he venido de muy lejos queriéndote conocer. Debajo del algarrobo