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Mi vida es un erial, flor que toco se deshoja; que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja.
Dejé la luz a un lado, y en el bor… de la revuelta cama me senté, mudo, sombrío, la pupila inmóvil clavada en la pared. ¿Qué tiempo estuve así? No sé; al…
Me han herido recatándose en las s… sellando con un beso su traición. Los brazos me echó al cuello, y po… partiome a sangre fría el corazón. Y ella prosigue alegre su camino,
No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lir… podrá no haber poetas; pero siempr… habrá poesía. Mientras las ondas de la luz al be…
En la imponente nave del templo bizantino, vi la gótica tumba a la indecisa luz que temblaba en los pintados v… Las manos sobre el pecho,
Hoy la tierra y los cielos me sonr… hoy llega al fondo de mi alma el s… hoy la he visto..., la he visto y… ¡Hoy creo en Dios!
–Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión; de ansia de goces mi alma está lle… ¿a mí me buscas? –No es a ti, no. –Mi frente es pálida; mis trenzas,…
Olas gigantes que os rompéis brama… en las playas desiertas y remotas, envuelto entre la sábana de espuma… ¡llevadme con vosotras! Ráfagas de huracán que arrebatáis
Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas
Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan y al besarse forman una sola llama; dos notas que del laúd
En Sevilla, y en mitad del camino que se dirige al convento de San Jerónimo desde la puerta de la Macarena, hay, entre otros ventorrillos célebres, uno que, por el lugar en que está col...
Nuestra pasión fue un trágico sain… en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan. Pero fue lo peor de aquella histor…
Como se arranca el hierro de una h… su amor de las entrañas me arranqu… aunque sentí al hacerlo que la vid… me arrancaba con él. Del altar que le alcé en el alma m…
Margarita lloraba con el rostro oculto entre las manos; lloraba sin gemir, pero las lágrimas corrían silenciosas a lo largo de sus mejillas, deslizándose por entre sus dedos para caer e...
Como guarda el avaro su tesoro, guardaba mi dolor; yo quería probar que hay algo eter… a la que eterno me juró su amor. Mas hoy le llamo en vano, y oiga a…