(2008)
#Españoles #Generación27 #Madrileños #SigloXX
Cuando cierras los ojos tus párpados son aire. Me arrebatan: me voy contigo, adentro. No se ve nada, no
La frente es más segura. los labios ceden, rinden su forma al otro labio que los viene a besar. Nos creemos
¡Si tú supieras que ese gran sollozo que estrechas en tus brazos, que esa lágrima que tú secas besándola,
De mirarte tanto y tanto, de horizonte a la arena, despacio, del caracol al celaje, brillo a brillo, pasmo a pasmo,
Nadadora de noche, nadadora entre olas y tinieblas. Brazos blancos hundiéndose, nacien… con su ritmo regido por designios ignorados,
Entre tu verdad más honda y yo me pones siempre tus besos. La presiento, cerca ya, la deseo, no la alcanzo;
Dame tu libertad. No quiero tu fatiga, no, ni tus hojas secas, tu sueño, ojos cerrados. Ven a mí desde ti,
Estabas, pero no se te veía aquí en la luz terrestre, en nuest… de todos. Tu realidad vivía entre nosotros indiscernible y cierta
Qué alegría, vivir sintiéndose vivido. Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente… de que otro ser, fuera de mí, muy…
La materia no pesa. Ni tu cuerpo ni el mío, juntos, se sienten nunca servidumbre, sí alas. Los besos que me das
¡Qué cuerpos leves, sutiles, hay, sin color, tan vagos como las sombras, que no se pueden besar si no es poniendo los labios
Empújame, lánzame desde ti, de tus mejillas, como de islas de coral, a navegar, a irme lejos para buscarte, a buscar
¡Qué cruce en tu muñeca del tiempo contra el tiempo! Reló, frío, enroscado, acechador, espera el paso de tu sangre
Perdóname por ir así buscándote tan torpemente, dentro de ti. Perdóname el dolor, alguna vez. Es que quiero sacar
[1] Tú vives siempre en tus actos. Con la punta de lus dedos Pulsas e mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores,