Doce meses, un año Tratando de olvidarte. Once semanas, dos noches Pasando horas de insomnio. Diez días, tres almas
A ti, que sin pretender cambiarme transformaste mi vida y me amaste aun cuando ni siquiera yo misma podía soportarme.
A veces tengo un extraño sabor ama… en la boca que va incrementando por segundo su amargura. Hay días en los que me arden los o…
Está mi silencio colapsado por gritos que los recuerdos emiten a medianoche. A veces me despierta
Podría embriagarme sólo con tus besos, tatuarme en la piel tus cualidades, robarme sutilmente
Yo no sé qué será la felicidad y supongo que nadie lo sabe, pero también supongo que suponen que lo saben. Algunos son felicidad temporal
Llueve a cántaros pero no puedo escampar ni usar un paraguas para el aguacero de mi corazón.
Vendería, si pudiera, mis miedos y mis tristezas a cambio de convertirme en alguien que te gustara. Pero debo arrepentirme
A veces, en las noches, tengo sed, como muchos de los mortales. A veces, en la madrugada, tengo frío, como miles
Conectaron sus universos sin decirse nada porque no era necesario, porque no eran capaces de hacerlo. Conversaron sin hablar,
Está mi cuerpo lleno de firmas de huellas y marcas que guardan recuerdos —generalmente malos— que me impulsan a seguir
Cambiaste de vida, de ropa, de casa, de ciudad y de amor:
Siento tu cabello oscuro ahora en el viento diario, siento tus besos —el sabor de tus labios— en cada sorbo de chocolate.
Y es que, para serte sincera, nunca he dejado de amarte, simplemente dejé de necesitarte (pero me muero por verte).
Si tuviera el amor que te di tal vez dejaría todo para saludar, escribiría sin miedo cartas, regalaría flores y chocolates. Si tuviera el amor que te di