Atenúan los muros el sonido televisivo del vecino insomne, murmullo familiar desde la infanci… esa otredad que sin embargo moja aún hoy; es una lluvia borgeana
corro descalzo sin moverme de mi cuarto a mi lado el frío se come un perro me mira de reojo
Estas son las palabras que nos sob… fuimos extraños arrojando las ceni… al viento del domingo. Los añejos panteones argentinos son perros pila petrificados
¿Ves esos niños con sus bicicletas… quietos tras el alambrado frente a la estación eléctrica? Esperan que algo suceda, que “la cosa” suceda.
Llovizna allá sobre los tejados de Linda G… Tus ojos azules: títulos en mi lápida, perdonan como la luz oblicua
Mamá sacó a la pared esta foto cuando empezó mi hermana en el col… con guardapolvo blanco, portafolio… de cuero, bien enorme. Papá posa con la malla, después de lavar pla…
Abajo de la higuera está mi herman… con su opacado vestidito lila. No teme a la asesina del verano; y de un lado a otro yo corro impot… desde la orilla soy un perro ladra…
Es la polvadera, m’hijo. “¿Por eso no vemos?” Por eso no vemos. “¿Y si necesitamos ver lo que vien… Acá nunca viene nada, m’hijo,
en la casa contigua habita el aire se escucha una procesión de cañerí… el agua que entiende de la vida viene a nutrirme de palabras
no seré el poeta de las aguas turbias al borde del acantilado que invita al sueño
Es domingo de pueblo argentino. ¿Pero qué locación es esta? Los autos son reales, la calle tam… lo demás es deseo y ausencia. Hacia la tienda,
el humano noctámbulo detenido tipeando es la metáfora ilusionarse girando una arandela
no fui llamado a ser el poeta de m… en este universo no hablaré de la patria ni el futu… de nada igual de anacrónico
querido Sísifo con lloviznas querido anduviste solo comiendo galletas a las cuatro de la mañana
qué nación no discute sus masacres una guerra injusta quizá otros arrojados al río el coletazo de un alcohólico que abandona en su despacho
