Maravilloso mar el de la muerte.
Tocar el fondo, al fin, tocar el fondo.
No hender las olas en que hoy me escondo,
sino hacer pie pisando, ahondando fuerte.
Entro en el centro de la sombra inerte,
y, desde allí, retorno al aire, rondo
la luz, revivo y viro en el más hondo
maravilloso mar: el de la muerte.
Muertos del mundo: uníos, emerged
entre sangre y cadenas; renaced
de las revoluciones invencidas.
Renaceré yo, mar, en las arenas
de Playa Larga, rotas las cadenas
de las olas que invaden nuestras vidas.