Octavio Paz

Otoño (versión anterior)

En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!
 
Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...
 
Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.

(1933)

#EscritoresMexicanos (1937-1948) (1938-1946) Calamidades Puerta condenada milagros y

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