Hay un árbol inmóvil
hay otro que avanza
un río de árboles
golpea mi pecho
Es la dicha
el oleaje verde
Tú estás vestida de rojo
eres
el sello del año abrasado
el tizón carnal
el astro frutal
En ti como sol
La hora reposa
sobre un abismo de claridades
La altura se nubla de pájaros
sus picos construyen la noche
sus alas sostienen al día
Plantada en el cresta de la luz
entre la fijeza y el vértigo
tú eres
la balanza diáfana