Y la culpa siempre fue tuya
Y la culpa siempre fue tuya.
Por mucho que peleáramos
y habláramos del mechero
que incendiaba la cocina.
Siempre fue tuya la mecha.
Lo que dejó deshecho
el antiguo campo
de girasoles que habíamos plantado.
Siempre fue tuyo el revuelto
de papeles encima de la mesa
que me hacía pensar
en lo desorganizada que eras.
Siempre fue tuyo el beso
que me dabas antes
de salir corriendo
porque tenías que alcanzar el bus.
Siempre fue mía la falta
de ojos para ver
que me estabas diciendo
muchas cosas con el cuerpo.
Siempre fueron tuyos los miedos
que nunca pudiste enfrentar
por temor a quedarte
irremediablemente sola.
Y siempre fueron mías las veces
en las que te dije cosas
que habría preferido
dejar en el olvido.
Siempre fuiste tú.
Y también,
siempre fui yo.
La culpa es tuya, es mía.
El amor es nuestro.
O al menos, lo solía ser.
Piaciuto o affrontato da...
