El Capitán escribió este poema para incluirlo en el capítulo "Las furias" de su memorable bitácora amorosa. Nos dice la destinataria, Rosario de la Cerda que el autor llegó a su vida sin tocar la puerta "derribó todo a su paso y tomó con determinación lo que le pertenecía". Nos comenta también que su Capitán perdía la sonrisa al recordar o imaginar a veces su pasado ignorado y los posibles hombres que pudieron transitar por su historia de artista itinerante. Entonces toda su capacidad de amar se tranformaba en temible ira. En otro poema de esa bitácora refiere el Capitán: "No me temas,/ soy tuyo,/ pero/ no soy el pasajero ni el mendigo,/ soy tu dueño,..." Esos desplantes jamás la lastimaron ni le provocaron zozobra, sabía que eran manifestaciones de su cariño desbordante y sincero. En el presente poema vemos al Capitán en actitud conciliadora a pesar de sus celos. Llama a su amada al lecho "con todos sus ahogados" prendidos hasta en la cabellera. No importa, estarán solos y poblarán el mundo como una primera pareja exiliada sin nostalgias de Edén.
Al capítulo "Las furias", le anteceden "El amor" y "La vida". Este entrañable diario de navegante concluye con un "Epitalamio" y una "Carta en el camino".
La musa que inspiró estos poemas era en realidad Matilde Urrutia (Rosario era un seudónimo). El Capitán era Pablo Neruda... Y la bitácora se titulaba "Los versos del Capitán", un libro de poemas de amor que se publicó anónimo durante sus primeros once años, de 1952 a 1963. Las razones ya las hemos expuesto en otros comentarios.
Alfredo Jiménez G.
9aEl Capitán escribió este poema para incluirlo en el capítulo "Las furias" de su memorable bitácora amorosa. Nos dice la destinataria, Rosario de la Cerda que el autor llegó a su vida sin tocar la puerta "derribó todo a su paso y tomó con determinación lo que le pertenecía". Nos comenta también que su Capitán perdía la sonrisa al recordar o imaginar a veces su pasado ignorado y los posibles hombres que pudieron transitar por su historia de artista itinerante. Entonces toda su capacidad de amar se tranformaba en temible ira. En otro poema de esa bitácora refiere el Capitán: "No me temas,/ soy tuyo,/ pero/ no soy el pasajero ni el mendigo,/ soy tu dueño,..." Esos desplantes jamás la lastimaron ni le provocaron zozobra, sabía que eran manifestaciones de su cariño desbordante y sincero. En el presente poema vemos al Capitán en actitud conciliadora a pesar de sus celos. Llama a su amada al lecho "con todos sus ahogados" prendidos hasta en la cabellera. No importa, estarán solos y poblarán el mundo como una primera pareja exiliada sin nostalgias de Edén.
Al capítulo "Las furias", le anteceden "El amor" y "La vida". Este entrañable diario de navegante concluye con un "Epitalamio" y una "Carta en el camino".
La musa que inspiró estos poemas era en realidad Matilde Urrutia (Rosario era un seudónimo). El Capitán era Pablo Neruda... Y la bitácora se titulaba "Los versos del Capitán", un libro de poemas de amor que se publicó anónimo durante sus primeros once años, de 1952 a 1963. Las razones ya las hemos expuesto en otros comentarios.