Los versos del Capitán
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Puentes—arcos de acero azul adonde… a dar su despedida los que pasan, —por arriba los trenes, —por abajo las aguas, enfermo de seguir un largo viaje
En su llama mortal la luz te envue… Absorta, pálida doliente, así situ… contra las viejas hélices del crep… que en torno a ti da vueltas. Muda, mi amiga,
Mientras camino la acera va golpeá… el fulgor de las estrellas me va r… Se me cae un pensamiento como se c… del carro que tambaleando raya los… Oh pensamientos perdidos que nunca…
Todo el amor en una copa ancha como la tierra, todo el amor con estrellas y espinas te di, pero anduviste con pies pequeños, con tacones suc…
Caminando hacia el mar en la pradera —es hoy noviembre—, todo ha nacido ya, todo tiene estatura,
Juegas todos los días con la luz d… Sutil visitadora, llegas en la flo… Eres más que esta blanca cabecita… como un racimo entre mis manos cad… A nadie te pareces desde que yo te…
Antes de la peluca y la casaca fueron los ríos, ríos arteriales: fueron las cordilleras, en cuya on… el cóndor o la nieve parecían inmó… fue la humedad y la espesura, el t…
La edad nos cubre como la llovizna… interminable y árido es el tiempo, una pluma de sal toca tu rostro, una gotera carcomió mi traje: el tiempo no distingue entre mis m…
En mi patria hay un monte. En mi patria hay un rio. Ven conmigo. La noche al monte sube. El hambre baja al río.
A la sombra de los laures Melisanda se está muriendo. Se morirá su cuerpo leve. Enterrarán su dulce cuerpo. Juntarán sus manos de nieve.
Era verde el silencio, mojada era… temblaba el mes de Junio como una… y en el austral dominio, desde el… Matilde, atravesaste el mediodía. Ibas cargada de flores ferruginosa…
Patio de esta tierra luminoso pati… tendido a la orilla del río y del… Inclinado sobre la boca del pozo del fondo del pozo me veo brotar como en una instantánea de sesenta…
Del aire al aire, como una red vac… iba yo entre las calles y la atmós… en el advenimiento del otoño la mo… de las hojas, y entre la primavera… lo que el más grande amor, como de…
La niña de madera no llegó caminan… allí de pronto estuvo sentada en l… viejas flores del mar cubrían su c… su mirada tenía tristeza de raíces… Allí quedó mirando nuestras vidas…
Pobres poetas a quienes la vida y… persiguieron con la misma tenacida… y luego son cubiertos por impasibl… entregados al rito y al diente fun… Ellos —oscuros como piedrecitas—ah…